Carta en respuesta a Mateo del blog: http://tiemposmodernos1.blogspot.com.ar/
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Querido Mateo:
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Querido Mateo:
Debo confesar que su
carta me ha tomado por sorpresa. Primeramente lamento mucho la pérdida de
Elena, si bien pese a nuestras peleas adolescentes por la intuición que toda
mujer desarrolla cuando quieren abrumar su felicidad, siempre supe que era una
mujer honrada y llena de valor. Realmente lo quería. Le doy mi más sentido
pésame.
Cuantos años han
pasado Mateo. Todavía recuerdo como si fuera ayer ese banco que tanto nombra en
estas líneas. Mi mayor satisfacción era verlo jugar al ajedrez en los torneos
del barrio, organizados por su club, su adorado club!. Ahí estaba yo. Escondida
detrás del árbol de hojas azules, el escondite perfecto, era lo suficientemente
grande para que no me viera y lo suficientemente cómodo para verlo a usted.
Esas tardes podía observar cada movimiento que realizaba, entender la
concentración y la energía que ponía en cada jugada como si en su mundo solo
existiese las piezas, su contrincante y usted. Recuerdo que solía decirme que
si algún día me veía por los alrededores de la plaza, su concentración ya no
sería la misma y que “la reina se habría escapado del tablero” entonces su
desventaja era mayor. Vaya pícaro y
galán que era! Siempre tan halagador usted, lograba sacarme una sonrisa antes
de perderlo por horas y horas en cada jugada, en cada partido.
En fin, después de
años…he vuelto a Bs As. La vida en Europa ya no exigía nada de mí. No le voy a
mentir, he realizado mi vida en Barcelona. Tengo una hija, Isabella de nombre.
Tiene actualmente 38 años, una médica excepcional, la luz de mis ojos. Su
padre, Pablo, que en paz descanse, era una persona maravillosa, pero los vicios
pudieron con su vida…el cigarrillo se apoderó de sus días y apagó la última luz
de esperanza que quedaba en mi corazón. Luego pasaron muchos años, pude sentir
ese vació al que usted se refiere…la soledad. Fiel compañera no? Pero necesaria
para una etapa de la vida y no justamente para esta.
Isabella se ha casado,
ha viajado por todo el mundo para cumplir su sueño (parece que se hereda de
generación en generación) y yo…decidí morir en mi tierra, en mi Argentina
querida. Y en cada uno de los días que planeaba mi regreso, usted ha pasado por
mi mente. Estamos grandes verdad? Para que mentirle?. Me he acordado de ese día
en el aeropuerto, de ese invierno frio y tormentoso. Ahí estábamos todos con su
familia, menos usted. Palpitaba en mi la esperanza que apareciera, auque era
sabido que las despedidas no eran su fuerte, me era inevitable imaginarlo
escondido detrás de algún banco…como yo del árbol de hojas azules, el de nuestra
plaza. Por desgracia no fue así. Y partí a cumplir mi sueño…a recorrer el mundo
en busca de respuestas a preguntas poco claras. Luego, durante un año, intercambiamos
cartas por correo, en esos tiempos todavía no existían estas cosas de la
tecnología, esperábamos un mes para tener noticias uno del otro…y aunque el
amor todo lo puede, en nuestro caso quedo por el camino. Vaya desilusión!.
Los días pasaron y el
rastro se hizo polvo…nuestras vidas estaban separadas. Usted nunca comprendió la
importancia de mi viaje, como sé que nunca ha comprendido el dolor de nuestra
separación.
Supe que se caso, lo
supe por Mónica. Ella me ha escrito en mi cumpleaños número 30.
Me acuerdo con tanto
dolor leer esas líneas! Fue ahí que enterré nuestra historia.
Y…aquí me tiene, devuelta
en Bs. As. He dudado mucho en comunicarme con usted, realmente me pregunto si tiene
algún sentido a esta altura. Quizá, no me perdono no haber insistido en
persuadirlo aún más para emprender el viaje conmigo! Quizá, no me perdono no
haberlo llamado cuando nuestras vidas solo estaban sostenidas en un solo deseo: la vuelta.
Y hoy, después de
tantos años, aquí me tiene…en el mismo espacio y tiempo, ya no frente a una
despedida.
Hoy compartimos un sentimiento desgarrador: la soledad. No hay escondites valideros a esta edad, no hay áboles ni bancos para mirar el mundo con simples perspectivas. El tiempo es corto y rápido…mucho menos que un partido de ajedrez.
Hay muchas cosas que me gustaría hablar con usted antes que alguno de los dos cante “jaque mate”.
Hoy compartimos un sentimiento desgarrador: la soledad. No hay escondites valideros a esta edad, no hay áboles ni bancos para mirar el mundo con simples perspectivas. El tiempo es corto y rápido…mucho menos que un partido de ajedrez.
Hay muchas cosas que me gustaría hablar con usted antes que alguno de los dos cante “jaque mate”.
Hace 42 años me negó una
despedida…espero que hoy no me niegue el reencuentro de nuestros corazones…
Atentamente.
Ofelia R.
Que tristeza 40 años después seguir buscando lo mismo. Quizás Ofelia no lo quería tanto como para jugarsela por él, ni Mateo la amaba tanto como para viajar con ella, ni la despidió y rehizo su vida con otra mujer.
ResponderEliminarVamos a ver los motivos de Mateo...o el contexto que acompañaba esas decisiones!. Muchas gracias Gime por tu comentario. Te invito a seguir la historia!
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