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lunes, 27 de mayo de 2013

Me Pellizqué tres veces...





Me pellizqué tres veces, quizá estaba soñando, pero me dolió.

Pensé que era un sueño y mantenía la esperanza de que esa angustia desapareciera.
Me mojé los labios, sequé mis mejillas y respiré hondo…muy hondo.
Trataba de expresar que era lo que me hacía mal pero me costaba demasiado, no entendía el porque. Me pregunté si acaso no tenía que estar contenta. Evidentemente si….

Seguí caminando por un lugar oscuro, y a lo lejos, observé una luz tenue…muy tenue.
Me pregunte que era….despertó mi curiosidad. Escuché una voz, no me dio miedo, era una voz muy suave…casi imperceptible.

Seguí caminando, paso por paso, y me tropecé. Caí fuerte, tan fuerte que lastimé mi rodilla. Lloré con tanto dolor por unas horas!! pero luego seguí caminando, con paso dificultoso pero seguí tras la luz; quería alcanzarla.

De repente, esa voz otra vez….parecía venir de lejos.
La rodilla me sangraba, supuse que me iban a  quedar algunas cicatrices…pero con el tiempo se irían cerrando. Era cuestión de esperar.

Parecía un camino largo, bien largo, casi diría que interminable…

Esa luz, la veía cada vez mas cerca pero me costaba llegar a ella….tenía miedo de no alcanzarla, de no lograr llegar de una vez por todas.

Empezó a oscurecer. Había empezado a refrescar, el  viento soplaba con fuerza. Me miré un segundo; estaba sin abrigo, aún así, sabía que a pesar del frío, iba a llegar.

Por un momento en el camino me quede dormida con lágrimas en los ojos…nunca supe bien porque.

Por la mañana desperté, y seguí caminando, algún día iba a llegar…algo dentro mío me lo decía y fue ahí que me di cuenta que tenia fe.

De repente las raíces de los árboles se enredaron en mis pies, me dio la sensación que no querían que avanzara porque se interponían en mi camino, buscaban que tropiece nuevamente. Traté de ignorar la situación. Y ahí me vi…frente a ella.  Era yo.

Miré hacia abajo y como arte de magia la cicatriz de la rodilla había desaparecido, el frío se convirtió en calor, los árboles florecieron y ya me empezaba a sentir mejor…

Esa luz me miró fijo, y me dijo: “no soy más que tu propio reflejo, y frente a cualquier dificultad, la fuerza para seguir está en vos…vos sos la persona que cierra cualquier cicatriz, que vence cualquier piedra en el camino, que salta cualquier enredo como impedimento, vos sos aquella persona que se ocupa de tu felicidad, no basta más que la fé para llegar a donde quieras…”. 

Tomó mi mano, agarró mis dedos y me pellizcó tres veces…y ya no me dolió. Fue un encuentro con mi alma.


Daniela Otero.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Mi Leyenda Personal…

En mi camino estuviste vos...

 Todos tenemos una “Leyenda Personal” que vivir. Estas aquí en este mundo, en este lugar, con una determinada familia o personas que cuidan de ti a tu lado y todas ellas forman parte de tu “Leyenda Personal”. Cada persona que entra en nuestra vida viene a enseñarte algo para tu crecimiento personal, algo que está fuera de ti, algo que despierta tus sentidos y emociones.

Tienes una misión, un sueño a perseguir, un anhelo un deseo latente que cumplir. Esa es tu “Leyenda Personal”. Y en el camino hacia ella, pasas por dificultades crueles, dolorosos, días de tormenta y de frustración, pero que son necesarios para llegar a cumplir tu “Leyenda Personal”.

Ese deseo que anhelas, que sabes que quieres conseguir, porque te sientes capaz de realizarlo, aunque hubiera días en que solo ves el vaso vacío  muy en el fondo de tu alma algo te dice que estas cada día más cerca de la meta. Son las señales del destino. Como diría Paulo Coelho, “cuando alguien quiere algo, con muchas fuerzas, todo el universo conspira para que puedas conseguirlo”. Y ahí, inevitablemente una lluvia de preguntas invade tus sentidos y te ves preguntándote ¿Qué es querer algo con muchas fuerzas? Y yo te respondo: es poder practicar EL PODER DE VISUALIZACIÓN.

Debes tener la capacidad de crear dentro de ti la escena más feliz de tu vida. Debe surgir en ti la alegría al verte llegar a la meta. Eso es tener fuerza de visualización, y ahí el universo conspira para que obtengas tu merecido.

Siempre cuando uno lucha contra lo que pasa en la vida, tiene esa sensación de ser el de la mala suerte ¿no?, nos preguntamos ¿Por qué a mí?, ¿Qué hice para merecer esto? ¿Por qué me mintieron tanto?, ¿En qué me he equivocado en la vida para sufrir así? Y ahí cuando resurge en ti un grado de objetividad concluyendo que esto que te ocurre es una prueba que pone la vida en tu camino para aprender algo, algo que quizá por el momento no habías aprendido, algo que repetías quizá y sin saber, algo que te va a enriquecer para llegar a vivir tu "Leyenda personal”.

Es que en toda leyenda se empieza con la “suerte de principiante” y se acaba con la “prueba del conquistador”. Ese tramo final en donde sientes miedo de soltar lo que lograste hasta ahora, aún no habiendo sido completamente feliz. Esa etapa en donde miras hacia atrás, y ves todo lo que apostaste, lo que diste, lo que no dormiste y lo que lloraste por ese algo o alguien, por ese sueño frustrado, que por alguna “señal del destino” este ha sido el resultado. Y ahí se te cierra el corazón…te tiemblan las piernas, te sudan las manos y toda tu vida pasa en 5 segundos por tu cabeza. Tenés tu tesoro en la punta del dedo, casi a punto de caer, sabes que debes soltarlo pero sientes miedo y te gana la desesperación a lo desconocido. Entonces vuelves atrás. Una mezcla de emociones se apodera de tu corazón y buscas respuestas a preguntas que no tienen respuestas lógicas, simplemente debes aceptar que se terminó. Que ese individuo también vive su "Leyenda Personal" y tú no eres parte de ella. Que todo está escrito por una sola mano” y ello tenía que pasar, que debes soltar para empezar de nuevo.

La vida es empezar millones de veces, hasta llegar a la meta final pero siempre subiendo cada escalón con más sabiduría que el anterior. Él fue mi “prueba del conquistador”, mi última etapa, el último abrazo. Tengo un largo camino por recorrer.

Hoy cierro los ojos y delante de mio ya no te veo, quizá tuviste que acompañarme por estos laberintos para llegar hasta aquí. Para aprender de mis errores y la capacidad de amar que tengo dentro de mí. Hoy dí un paso más para cumplir mi “Leyenda Personal” y si “todo el universo se conspira para que pueda conseguirlo” hoy, mis constelaciones piden con fuerza sacarte de mi corazón.

Cierro en paz mi “prueba de conquistador”, miro hacia atrás con orgullo y aplaudo el haber amado desde lo más profundo de mi alma, porque literalmente, fue desde lo más profundo de mi alma. Hoy aprendí a escuchar “las señales del destino”, y tomo conciencia que “el coraje es el don más importante para quienes buscan vivir su leyenda personal”.

Hoy suelto tu corazón y protejo el mio con fuerzas porque entendí que nadie deja de sufrir las consecuencias de cada cosa que sucede bajo el sol.


sábado, 18 de mayo de 2013

Que lloro...


Subte D. Repleto de gente. Mirada perdida, desorientada, de un punto hacia otro deambulaba en pensamientos. Me llamó la atención, esa chica estaba triste. Miré para otro lado, vi que se toco el pecho, su brazo en cruce como si protegiera su corazón, “otra señal de tristeza” - pensé. De repente, vi que se aceleraba su respiración, y un pensamiento pasó por su cabeza, debió haber sido fuerte, y muy angustiante…su boca se frunció. Quisieron aparecer las primeras lágrimas, pero velozmente sus manos impidieron que alguien más pudieran verlas. Miró para arriba, como para retener una que otra gota de dolor y trato de no pensar, entreteniendo su mirar con la estación y la gente pasar en ella. Pero cuando uno tiene esa angustia, esas que hacen que te agarres el corazón como señal de defensa, hasta que no se vacié el alma de tanto dolor, difícilmente puedas parar de llorar. “Sé que quisieras  en lo más profundo de tu alma llegar a tu casa, o algún refugio en soledad, para llorar con fuerzas, y así, liberar tu angustia”, pensé decirle, pero podría haberla incomodado. Entonces callé.

Y era así, reconocí ese dolor en cuanto la miré. 

Me vi en esas situaciones tantas veces!. En subtes, colectivos, caminatas…lo único que deseaba era poder vaciar mi alma del dolor y dejar de sentir el “nudo en la garganta”.



La tristeza es dolor, y el único camino de invitarla a salir de tu alma es dejarla fluir. Cuando uno repite y bloquea la emoción, esa emoción se intensifica, se reproduce, se vuelve más fuerte. Me costó mucho identificar mi dolor. Muchas veces uno no se sienta a pensar en lo que desenlaza ese sentimiento, pocas veces uno analiza como se desencadena un enfado, el llanto, la ira, porque se cree que “ya pasará” y te das cuenta que en cuanto viene ese pensamiento a tu cabeza, como esta chica en el subte, vuelve a manifestarse.

Quizá en 15 minutos se encontraba con amigas, cursaba en la facultad, o tenía algún compromiso en el cual debería seguir ocultando su tristeza, porque créanme, a nadie le gusta contar sus penas en lugares públicos. 

Y otra vez, bloquearía su dolor.

Recuerdo un día, en el que no aguanté más. Salí de mis obligaciones, miré para arriba, fruncí la boca y mis lágrimas quisieron salir. Una gran amiga me abrió las puertas de su casa, lo primero que le dije fue "no aguanto más" y lloré como cuando tenía 5 años. Ella me alentó a llorar sin parar. Lloré hasta que la cabeza me pidió a gritos que parase. Necesitaba llorar. Necesitaba  un abrazo, nada más…algo tan sencillo y aún así no sabían dármelo. Ella me lo dio  y me sentí chiquita, tan chiquita que me pareció no saber el año en el que estábamos.

Ese día, lloré desconsoladamente, hasta me costó poder hablar a lo último porque no podía calmar mi dolor. Necesitaba un espacio tranquilo para llorar.
Empecé a entenderme…algo no estaba sanando en mi, mi corazón me pidió a gritos que lo escuche, que no lo ignore, que ya era hora de mirar dentro mío

Ese día lo recuerdo como el quiebre de mi yo interior…a partir de ahí no más miradas perdidas, respiración acelerada, ni lagrimas escondidas. A partir de ahí mis emociones se manifestaban…porque entendí que así, empezaba el camino de mi sanación.




Dedicado a A.G

martes, 14 de mayo de 2013

¿Por qué ReconoceR? Existen palabras que tienen un cierto “poder”. ¿Nunca escuchaste la frase “el poder de las palabras”? un poder que puede estar traducido en una fuerza contagiosa, única, un despertar de curiosidades, un sinfín de asociaciones y de ideas alrededor de ellas. Tal vez, pueda en este momento llegar a tu mente alguna palabra que haya llamado tu atención. Aquella que guardas en tu inconsciente o que hayas pensado o escrito en alguna situación o simplemente la puedes relacionar con algún momento feliz de tu vida, algún momento inolvidable.

Reconocer delinea la forma de ver mi mundo, las lecciones de vida, el aprendizaje de mis valores, el enriquecimiento de mi alma.

Si buscamos en el diccionario esta palabra, podemos encontrar:

·         Distinguir o identificar a una persona o cosa entre varias por una serie de características       propias.
·          Examinar detenidamente a una persona o cosa.
·         Mostrar o manifestar agradecimiento por un bien o un favor recibidos.
·         Declarar una persona que tiene con otra un parentesco y aceptar los deberes y derechos que trae consigo.
·          Admitir o aceptar la certeza o realidad de lo que se dice o sucede, en ocasiones en contra de lo que se había defendido o de los propios gustos.
·          reconocerse Verse una persona a sí misma como lo que es en realidad.

Yo prefiero definirla así:

“El reconocer es un acto en donde se da la autenticidad de alguien o algo mediante tu aceptación. El reconocimiento del SER. El reconocimiento del otro como individuo y el reconocimiento de tu propio ser, de tu interior." Mi definición podría acercarse mucha más a la última, a esta cuestión de RECONOCERSE.
  
Durante mucho tiempo, en viajes, largos y cortos, pensaba en el "poder" del reconocimiento. Un día escribiendo esta palabra me di cuenta que es capicúa, y más me llamó la atención. Puedo leerla de atrás para adelante, de adelante para atrás y puedo entenderla igual. Como si fuera un reflejo de ella misma, como si ella estuviera reconociéndose. Y pensé: ¿Quién no busca el reconocimiento? o ¿Acaso no sentimos una gratificación enorme cuando se nos reconoce como ser? y ¿porque nos cuesta tanto reconocernos a nosotros mismos?
  


Es ahí que se me viene a la cabeza la leyenda de Narcizo. Cuenta esta leyenda que el bello Narcizo al verse reflejado en un lago, fue tanto pero tanto el amor que sintió por él mismo que cayó sobre sus aguas. El pobre Narcizo perdió su vida, muriendo ahogado en el y en el lugar de su muerte nació una flor tan bella como él. Y de ahí la famosa frase “que narcisista que sos” pero ¿acaso nos da miedo amarnos tanto? ¿Reconocemos nuestro reflejo? ¿Y qué opinamos de él? ¿No temeremos caernos al lago de nuestros miedos verdad?
  
Y de esto se trata la vida, de Reconocer: Reconocer al otro. Reconocerte vos. Reconocer errores. Reconocer fracasos. Reconocer señales, caminos. Reconocer tus sueños. Reconocer tristezas o alegrías. Reconocer realidades, que gusten o no, reconocer en fin.
  
Y aquí en este espacio, voy a buscar aquellos momentos en donde la palabra RECONOCER queda plasmada en mis pensamientos. Sin saber todas las respuestas a mis preguntas, trataré de sumergirme en su mundo.

Te invito que acompañes mi reconocimiento como ser, que juntos aprendamos uno del otro, quizá, lleguemos a reconocernos como tal…


Y para vos. ¿Qué palabra tiene poder?







 Cariños...
                                                       

Daniela Otero.